A pesar de que existe Policías con jornadas, y otros muchos que hacen horas de esas a escondidas, ayer y hoy, con un servicio protocolario ya previsto, se volvieron a vulnerar los derechos de compañeros, obligándoles a prolongar jornada por la falta de previsión adecuada, y, por la carencia de personal disponible en dicha unidad, por la mala fe de algún mando al intentar expedientar sin motivos a la mitad de la escasa plantilla.
Todo ello, permitido, por otros mandos, y siendo sufrido por los compañeros que prolongaron, y por todos los madrileños al tener que pagar en el contencioso a dichos expedientados, y tenerles fuera de servicio ahora.